Ya estamos de vuelta después de una semana intensa. Queríamos compartir con vosotros la experiencia humanitaria vivida por nuestro optometrista Karin, junto con su amigo y ayudante en este caso, Javier Robles, que han estado desarrollando, una labor solidaria dentro de un programa que incluía llevar más de una tonelada de material como libros, material escolar, juegos, juguetes, ropa… a un poblado del Sahara formado en los años 70 por antiguos esclavos del África Negra y bereberes. Los Gnawas, como se les conoce, no tienen gran cosa, pero aún así prepararon una bienvenida especial para los participantes del proyecto.
Llevamos más de 300 gafas graduadas, que nuestros vecinos de Miribilla nos habían ido dando a lo largo de varios meses. Las gafas las habíamos clasificado, previamente, por graduaciones para poder entregar a cada persona necesitada de corrección.
Samir, uno de los maestros de la única escuela que hay en el pueblo, estuvo a nuestro lado ayudándonos y organizando a los participantes en el proyecto durante todo el día. En compañía de la constante sonrisa de Samir, fuimos revisando la vista a una lista de casi 80 personas. Desde niños de 2 años hasta un señor de 1 siglo de edad. Uno a uno pasaron para revisarse la vista a manos de nuestro optometrista. Así fueron pasando las horas, hasta que se hizo de noche. Aun con todo, nos propusimos acabar con la lista de inscritos de Samir y con la ayuda de linternas acabamos hacia las 21h.
No podemos sino agradecer a las personas que hicieron posible esta acción solidaria; ha sido una experiencia increíble e inolvidable.